Esto sí que es incomprensible. Parece ser un nuevo desafío a nuestra rapidez mental, aunque prácticamente se resume en una verdadera burla. Aparentemente, hace aproximadamente un año, una empresa de publicidad contrató al locutor más rápido del oeste para que recite la letra chica de una promoción para uno de los productos que ofrecía.
Fue algo así como:
Fig. 1 - ¿¿EEEHHH??
Oh casualidad! Mientras escucho la radio en el momento en que escribo estas palabras, otro señor intenta hacerme creer que le entendí lo que dijo, es decir, que la frase "comfrtpelrtguireprdrgpirpigriaplirgnisdinasuriunrrligrfislrijgirlibnigslirrr" produjo en mí una suma de información. Bueno, eso fue justamente el resultado de esa decisión de aquel señor ilustre.
Afortunadamente, esto no pasa sólo en Argentina, sino que es un fenómeno internoacional, y con esto quiero decir que no estamos solos! Es por eso que espero con muchísimas ansias el día que empiecen a convocar gente para el World Small Print Day, día en el que cantantes famosos de todo el mundo se unan y canten una canción en estilo "letra chica". Sonaría parecido a esto:
Por esto, señor locutor, a usted le digo... (Sí, a usted! Ese que tiene la voz de hombre alto vestido de traje y corbata hasta cuando va a la playa.) No le entiendo nada, hombre! Venía bien con eso de "Aprovechá esta promo! Con tu compra te damos otro gratis para que se lo regales a tu vieja..."
A pesar del malestar auditivo que provoca esa seguidilla de palabras comprimidas (para los que no saben cómo lo hacen: graban la letra chica, la comprimen con el winzip y vuelven a grabar, pero leyendo lo que sale cuando abrís el zip con el bloc de notas - Ver Figura 2), suelen alcanzar un punto en el que es divertido. Y no hay nada como eso.