Evidentemente, esto parece ser una experiencia incomparable. Según el señor Luciano, un grupo de internautas especialistas en actividades recreativas ha emprendido una exhaustiva búsqueda de nuevas experiencias, y parece ser que no encontraron otra cosa más emocionante para hacer que tapizar un sillón.
Es un misterio, nunca lo he hecho, pero sí mis padres. Los he visto planificar durante una semana este evento tan especial como si fuese una fiesta de casamiento, y por más lindo que les haya quedado, nunca pude comprender su emoción por esta actividad supuestamente gratificante.
No lo digo yo, sino que hablaron las masas. Parece que no hay nada como tapizar un sillón.