domingo, 11 de marzo de 2007

No hay nada como la feria internacional de onomatopeyas

Creo que son bastantes -y hasta diría muchos- los años que tardé en darme cuenta de cómo percibe los sonidos la gente de otros países.
Un día un compañero de trabajo me dijo: "¿Sabías que para los ingleses, los pajaritos no dicen pío pío sino twit twit?" Eh?? Me sentí realmente desconcertado, pero luego de pensar por un momento, llegué a la lógica e irrefutable conclusión: los animales hablan en el lenguaje local. Es así como emprendí mi búsqueda, para ver cómo expresan sus sentimientos los animalitos de todo el mundo, con ayuda de Don Armando, mi almacenero imaginario.

Fig. 1 - Don Armando (sin Pericles)

Fig. 2 - Pericles (sin Don Armando)

El perro

Don Armando tiene un perro que se llama Pericles (ver Fig. 2), y que no para de decir guau guau. Sin embargo, el suegro de Armando es inglés, y también tiene un perro que cuando lo mirás mucho dice woof woof. Hasta ahí venia tranqui la cosa, pero un día Don Armando fue a buscar las fotos que mandó a revelar y aprovechó y sacó a pasear a Pericles. El señor que atendía era japonés, y también tenia un perro. Pero Pericles no le entendía nada, porque decía todo el tiempo kyan kyan.



El pajarito

Retiradas sus fotos, Don Armando llevó a Pericles a dar una vuelta al Parque Centenario. Era una linda mañana para que salieran a piar los pajaritos por todos lados. Sin embargo, los pajaritos no piaron. Al parecer, Don Armando no había visto el noticieron aquella mañana, pues dijeron que había inmigrado una bandada de pájaros rusos, que soprendentemente emitían 2 palabras: chik chirik. Y sólo le pudieron sacar esas palabras, las cuales bastaron para deducir su país de procedencia.
Mientras Pericles hacía nuevos amigos, Don Armando tomó asiento junto a un amante del conocimiento (popularmente conocido como filósofo), y no pudo evitar comentarle lo acontecido con los pájaros rusos. A su vez, el filósofo no pudo evitar hacer referencia a sus conocimientos sobre etimología, y le contó que en la Grecia antigua, los pájaros decían tsiou tsiou, y que las deformaciones del lenguaje llevaron al hoy conocido pío pío, obviamente luego de pasar por el inevitable filtro de la lengua castellana. Y así fue como a Don Armando se le dibujó un enorme signo de interrogación sobre su cabeza.

La serpiente
Ya de retorno a casa, Don Armando pasó por la puerta del museo de Ciencias Naturales, lugar que siempre le trae a la cabeza el recuerdo de aquella serpiente que tanto lo fascinó de chiquito. Sólo que esta vez, también tuvo en cuenta el sonido que hace... y en qué idioma lo hace. "No creo que en otro lugar no diga ssssssssss", pensó inocentemente. Pero nuestro amigo no contaba con las serpientes de Noruega, quienes desarrollaron una habilidad increíble para decir hveser visler. Y no digan que no parece que están diciendo "buen día"!

Fig. 3 - Cordialidad nórdica

Claro que hay más animales y más idiomas en los que se expresan, como aquí se demuestra. Pero en ningún lugar se menciona por qué al comentar sobre lo que un animal dice, parece que siempre lo dice 2 veces. El perro jamás dirá guau, sino guau guau. Inexplicable. Pero no podemos negar que le da un toque de misterio a la cosa. Y tampoco podemos negar que no hay nada como la feria internacional de onomatopeyas.

PD: Luego de escribir esto, emprendí la búsqueda de fotos, y me topé con una de un señor que se llama Armando y que es almacenero. (Música de X-Files!)